LA GENTE DE ANTES
Me gusta la gente de antes, aquella que sabía disfrutar de un paseo por el parque, que se deleitaba con mirar una puesta de sol. Aquella que sabía compartir su tiempo, sus alimentos con el vecino en necesidad. Aquella que sabía agradecer el favor recibido y sabía dar sin pretensión. Aquella que buscaba encontrar solución a los problemas y restauraba relaciones, que luchaba por lo que realmente le importaba y amaba, y no desechaba relaciones ni mucho menos personas. Aquellos jóvenes que en un terreno baldío encontraban una maravillosa y entretenida cancha de fútbol. Aquellos niños que no sabían de tabletas, iphone, celulares y gastaban su energía jugando a “Doña Blanca”, a saltar la cuerda, a las escondidas, al “congelado”; aquellos que esperaban la tarde para salir de casa y reunirse con su pandilla… cuando la “Pandilla” era solo un grupo de niños/adolescentes cuyas peores intenciones era correr uno tras otro jugando al “voto”, “los quemados”, “el dieciocho” y