UNA ROSA Y UN CLAVEL
En este día de las madres, como cada año mientras me dirigía a casa de mi mamá, me detuve en
una florería para buscar aquellas flores que nunca pueden faltar en
este día, rosas para mi madre, claveles para mi abuela.
Este año fue diferente, me detuve y compre las rosas, las observé, las puse cerca de mi nariz para sentir su aroma, mientras pasaban los segundos la imagen de mi madre vino a mí, recordando tantos años, tanto amor, tantas alegrías vividas y una sonrisa se asomó en mi rostro, que felicidad sentí.
Después de un rato volví mi cabeza y los vi, a unos pasos de mí,
caminé hacia donde estaban los claveles y con esa misma sonrisa me acerqué y
los tome en mis manos, pero fue una sensación diferente, aquellos claveles que
con tanto amor compraba, hoy me dolían!
Mi sonrisa poco a poco se desvaneció, pues igual que con las rosas una lluvia de recuerdos me invadió. Entre lágrimas y risas los apreté junto a mí, y entonces pensé: la rosa como cada año llegará a manos de mi madre el clavel, ¿qué haré con el clavel? Como le hago para que llegue a su destino… mientras pensaba en ello, un escalofrío recorrió mi cuerpo y entonces una brisa suave con ese sutil aroma me envolvió. El perfume de mi abuela, era el abrazo de mi abuela diciéndome: no hace falta que la lleves pues yo estoy aquí, estoy en tu mente, estoy en tu corazón, estoy en ti.
Mi mamá y mi abuelita han sido mis tesoros más grandes en la vida, ambas han sido mujeres
entregadas, ejemplo de vida, de esfuerzo, de dedicación y sobre todo ejemplo de
amor!
Agradezco a Dios porque aún me bendice con la compañía de mi madre y espero me la
preste muchos años más todavía.
Agradezco tanto a Dios porque me bendijo por muchos años con la compañía de mi abuelita y su vida me
dejó grandes enseñanzas.
Gracias DIOS!
Gracias Mamá!
Gracias Abue!
¡Con amor!
"En todo amar y servir"
Por: Juls Velázquez ©
@julsvelazquez
julsvelazquez@gmail.com
julsvelazquez@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario