¡Por el puro placer de viajar!

“Todos los viajes tienen sus ventajas. Si el viajero visita países que están en mejores condiciones, él puede aprender cómo mejorar el propio. Y si la fortuna lo lleva hacia peores lugares, quizás aprenda a disfrutar de lo que tiene en casa”. – Samuel Johnson.

¿A cuántos de nosotros nos gusta viajar? ¿Saben? Viajar es terapéutico. He tenido la oportunidad de viajar con mucha frecuencia en los últimos años, han sido viajes por carretera la mayoría de ellos, y debo confesar que son viajes un tanto cansados pero la paz que encuentro en ellos es maravillosa.

Me gusta viajar sola porque me tomo el tiempo para hablar, pensar, recordar y planear. Me gusta hablar conmigo misma aunque suene un poco loco, me gusta preguntarme ¿cómo me siento?, ¿estoy contenta/feliz?, ¿qué sigue en mi vida? y meditar sobre mis respuestas, ellas me llevan a hacer ajustes en mí andar, en mis sueños y planes. Debo confesar que cada que viajo mi mente se oxigena y regreso a mi espacio con nuevas decisiones y cambios por hacer en mi vida, siempre positivos.

Cuando viajo por carretera, me deleito mucho con la diversidad de paisajes que puedo admirar en el camino, los colores de los campos, las puestas de sol y las noches de luna llena con un hermoso cielo estrellado; paisajes que en la ciudad difícilmente nos detenemos a disfrutar o no resaltan igual por el caos y luces que opacan la belleza original.

No siempre viajo sola, también disfruto mucho viajar acompañada porque he notado que cuando viajas con alguien pasa exactamente lo mismo, bueno, casi lo mismo porque ya no hablo sola; pero me da la oportunidad de conocer más a la persona que va conmigo, y viceversa, también me puede conocer un poco más. Una vez escuché a una persona decir: “En un viaje se crean y fortalecen lazos, o se terminan por romper”, y me parece algo muy acertado.

Cuando viajas en grupo suceden muchas cosas que te ayudan a descubrir algunos dones, talentos y habilidades que ni sabías que tenías, por ejemplo: la paciencia, la tolerancia, el liderazgo, la empatía, la toma de decisiones, la resiliencia, el carácter, la fe, la gratitud, el amor! ¿Verdad que tengo razón? ¿Cuántos de ustedes al viajar regresan enamorados ya sea de un paisaje, de un país o ciudad, o por qué no, de algún compañero de viaje (amor)? ¿Cuántas veces esperaron y esperaron cuando alguno del grupo tardaba en salir de su habitación para ir de paseo (paciencia)? ¿Cuántas veces se enojaron porque algo no salió conforme al plan pero decidieron olvidar y adaptarse al cambio con tal de pasarla bien (resiliencia)? ¿Cuántas veces oraron a Dios para que su vuelo no se demorará (fe)?

Cuantas veces se sintieron agradecidos por estar allí: en ese campo verde, en esa puesta de sol, en ese mar inmenso, en ese avión volando por encima de las nubes, en esa montaña fresca, en ese hotel todo incluido, en esa ciudad, pueblo o país conociendo gente verdaderamente agradecida y misericordiosa?

Sin duda, podemos enumerar una gran cantidad de recuerdos y momentos vividos en un viaje, son invaluables. En muchas ocasiones la belleza de un viaje no reside tanto en el lugar a donde vas, sino en las personas que te acompañan o esperan de aquel lado, es súper agradable sorprenderte con la amabilidad de las personas, conocer nuevas culturas o costumbres, entender la diversidad y aprender de todo ello. Finalmente, de eso se trata la vida, de disfrutar, de conocer, de ser felices.

La vida misma es un viaje, vamos avanzando en ella, nos va llevando de un lugar a otro cuando cambiamos de escuela, de trabajo, de amigos, de pensamientos, vamos ajustando el itinerario en el camino. ¡Eso es viajar, no quedarnos quietos, evolucionar, descubrir, aprender y enseñar!

¡Así que viaja! No importa que tan cerca o lejos sea tu destino, si vas en bicicleta, a pie, en coche, en avión, en barco, en lo que quieras o puedas pero sal de tu espacio, respira nuevos aires, deléitate con nuevos paisajes, come en algún lugar diferente, sorpréndete con cosas nuevas!

¡Viaja solo por el placer de viajar!

@julsvelazquez