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En memoria de mi Padre - Aprendiendo sin él

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Me encontré en este punto de mi vida, aprendiendo nuevamente por primera vez... Mi primera vez sin recibir su abrazo en mi cumpleaños. Mi primera vez sin darle un beso y un abrazo en su cumpleaños. Mi primera vez en navidad con su silla vacía. Mi primera vez de un año nuevo sin estrechar mi copa con él. Mi primera vez de nuestros desayunos en el patio sin su plato al lado del mío. Mi primera vez celebrando en familia, sin su presencia. Mi primera vez de un accidente en carretera sin saber a quien recurrir. Mi primera vez con temores y dudas en la vida sin sus sabios consejos. Mi primera vez de un momento alegre sin él. Mi primera vez sin poder compartir un logro laboral con él. ¡Mi primer año sin él! Aprendiendo a vivir todo por primera vez, sin él.   Todos tenemos una fecha y una hora en donde se nos partió la vida, en donde la vida nos golpeó con tal dureza que dudamos poder levantarnos para seguir adelante. Todos tenemos un evento que nos marcó y nos cambió

Historias de mi padre; "Dios en mi camino"

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"Dios en mi camino" Conducía en la camioneta que mi hermano me había prestado para ir a trabajar, cuando de pronto sentí un fuerte golpe de lado del copiloto que nos sacudió. Pasaron unos segundos y me di cuenta que intencionalmente nos habían chocado, era un grupo armado que después del impacto atravesó su camioneta al frente para que no saliéramos huyendo. Me bajé a dialogar, inmediatamente me rodearon apuntándome a mí y a mis trabajadores con armas de fuego, ¡una de ellas estaba en mi cabeza! La rabia me invadió y me puse a discutir con el tipo, mientras este seguía apuntando y amenazando con disparar. Lo confronté y después de varios gritos de aquí para allá y de allá para acá, nos dejó continuar. Minutos más tarde, ya avanzados en el camino y mientras todos guardábamos silencio, no dando crédito a lo sucedido, pensé: ¿Cómo fue que salimos ilesos de esto?, ¿Por qué esos hombres no accionaron sus armas? y entonces vinieron a mi mente los rostros de mi esposa, mis hijas,

Dios te bendiga mi amor

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Querido amor: Por fin llegó ese día! Tengo que aceptar que no fue fácil pero hoy por fin he encontrado esa paz tan añorada en mi corazón. Confieso que muchas noches te pensaba con amor y con coraje y me repetía constantemente que tenía que perdonar y soltar para sentirme mejor, pero era algo que quería hacer por mi propia voluntad, me retaba a mi misma y me decía: te voy a sacar de mi vida porque me dueles, me haces daño y porque puedo! Se me olvidó que las cosas del corazón le pertenecen a Dios, hice a un lado mi orgullo de mujer fuerte e inquebrantable y le di paso al Creador. Entendí que con humildad y oración se comunica uno mucho mejor con Dios, pasé noches enteras pidiéndole me ayude a sanar y perdonar todo aquel dolor que me hiciste sentir y el coraje que como bola de nieve crecía en mi al recordar tu traición. Hoy, después de tanto tiempo encontré el perdón, un perdón que tú no me has pedido pero que yo necesito darte, un perdón que rompe todo sufrimiento al recordarte, un

Mi legado: Vive simple, vive!

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La vida es simple, no hay que complicarla. Vive simple, de tal modo que al final del camino voltees hacia atrás y digas con una gran sonrisa: ¡Ah, que bien me la pasé!  Encuentra tu paz, encuéntrate contigo, y que cuando sea el momento estés listo para partir, sin miedos, sin pendientes, sin "hubieras". Hoy comparto lo que tengo, hoy comparto lo que soy; y que un día cuando ya no esté, al pensar en mí recuerdes lo que te dejé:  Mi sonrisa, para contagiar tu rostro. Mi abrazo, para que me sientas cerca. Mi ejemplo, para que sigas mis pasos. Mis errores, para que no cometas los mismos. Mi sentido del humor, para alegrar tu día. Mi ética, para que te sientas orgulloso. Mi alegría, para que no olvides sonreír. Mis fracasos, para que aprendas las lecciones. Mis ganas de vivir, para que vivas al máximo. Mis consejos, para ayudarte a discernir. Mis regaños, para cuando los vuelvas a necesitar. Mi llanto, para que recuerdes que también fui frágil Mi honestidad, para que duermas tranq

¡Por el puro placer de viajar!

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“Todos los viajes tienen sus ventajas. Si el viajero visita países que están en mejores condiciones, él puede aprender cómo mejorar el propio. Y si la fortuna lo lleva hacia peores lugares, quizás aprenda a disfrutar de lo que tiene en casa”. – Samuel Johnson. ¿A cuántos de nosotros nos gusta viajar? ¿Saben? Viajar es terapéutico. He tenido la oportunidad de viajar con mucha frecuencia en los últimos años, han sido viajes por carretera la mayoría de ellos, y debo confesar que son viajes un tanto cansados pero la paz que encuentro en ellos es maravillosa. Me gusta viajar sola porque me tomo el tiempo para hablar, pensar, recordar y planear. Me gusta hablar conmigo misma aunque suene un poco loco, me gusta preguntarme ¿cómo me siento?, ¿estoy contenta/feliz?, ¿qué sigue en mi vida? y meditar sobre mis respuestas, ellas me llevan a hacer ajustes en mí andar, en mis sueños y planes. Debo confesar que cada que viajo mi mente se oxigena y regreso a mi espacio con nuevas decisio

Me gusta lo que veo

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Me gusta cuando sonríes porque veo que sigues disfrutando la vida. Me gusta cuando lloras porque sigues siendo frágil y sensible. Me gusta cuando amanece y sientes el poder en tu mirada. Me gusta cuando estás pensativa evaluando nuevos retos. Me gusta verte despeinada y desaliñada. Me gusta cuando te acercas con una taza de café y te observas de pies a cabeza. Me gusta cuando sonríes por un agradable recuerdo. Me gusta cuando piensas que no hay futuro pero no te rindes. Me gusta cuando dedicas tiempo para observar tu rostro a detalle. Me gusta ver tus ojeras por tanta dedicación y trabajo. Me gusta ver con detenimiento, las arrugas en tu rostro. Me gusta ver cuando en tu cabeza nace una nueva cana. Me gusta verte maquillada y vanidosa. ¡Me gusta lo que veo frente al espejo, me gusta su reflejo! Hay un amor muy particular que de pronto descuidamos, el amor propio!  Ese amor es el pivote de nuestro entorno, si no empiezo por amarme y respetarme yo misma, entonces

Del cansancio a la vida.

¡Un día me cansé! Me cansé de jugar, de dar y de esperar. Me cansé de ser fuerte, de motivar y sonreír. Me cansé de gritar, de llorar a solas y de andar. Me cansé de trabajar, de buscar y de intentar. Me cansé de consolar, de abrazar y siempre estar. Me detuve a respirar, a meditar y descansar... en mi receso me di cuenta que la vida se compone de todo eso. Se vale estar cansado, a veces roto y ausente, se vale alejarse, eso permite reencontrarse con uno mismo. Pero no se trata de renunciar sino de agarrar valor, afrontar e intentar nuevamente; se trata de ponerse de pie, sacudirse y seguir adelante. ¡De eso se trata la vida! Subir, bajar, reír, llorar, caerse y levantarse, pero nunca rendirse. ¡No se vale estar quieto! ¡No se vale no soñar!